- ¿Y tu quien eres?
- Soy Vincent..
- Vincent...
El niño alzó los ojos mirando a aquel muchacho, le sacaría
unos 5 años no muchos más, y Zeitter había clavado sus ojos en él, le
examinaba, le producía tanta curiosidad y admiración el simple echo de que ese
tal Vincent no le miraba con desprecio, no parecía querer maltratarle de ningún
modo. Se puso en pie y sacudió el polvo de sus raídos pantalones.
- y.. ¿qué quieres Vincent?
- sacarte de aquí...
Los ojos del pequeño Zeitter se entrecerraron y no pudo
evitar recular pegando la espalda a los barrotes opuestos de su jaula. ¿Sacarle
de allí? No iba a caer de nuevo en aquella trampa, todos aquellos que habían
querido liberarlo era para divertirse ellos también.
- No te creo.
Vincent le dedicó una fugaz sonrisa mientras con aquellos
pasadores abría la puerta de la jaula apartándose de ella, dejándole ver a
aquel niño del infortunio, que no pretendía hacerle daño alguno. Zeitter
desconfiado terminó saliendo despacio de aquella jaula, aquella jaula que se
había convertido en su casa, pues dentro de ella el poder del pequeño era
controlado. Dejó atrás aquella cárcel tambaleándose mientras su cabeza se
llenaba con el sonido de cientos de relojes, cayó de rodillas y un grito salió
de su garganta, sus cabellos descuidados se volvieron totalmente rojos, y el
reloj de su ojo desapareció. Vincent no se acercó, contempló al pequeño que
empezó a reirse en aquel susurro que era su voz, en aquel momento las campanas de
la ciudad anunciaron la medianoche.
- Gracias Vincent ...
- ¿estas bien?
- Lo estaré